domingo, 22 de julio de 2007

Vive le tour!

David Gonzalez

Recuerdo hace dos semanas que miraba el cartel del “tour” con recelo y, tal vez, algo de indiferencia. De acuerdo, el recorrido era apto para grandes escaladores, con Aubisque, Galibier y demás, lo que suele conllevar buenas dosis de espectáculo, que tanto es de agradecer para ese, cada vez más reducido, número de seguidores de este deporte en el que me veo obligado a incluirme. Pero faltaba el condimento clave para ese deseado espectáculo de cada julio. Volvían a faltar Armstrong, Ullrich, Basso, y tantos otros. Faltaban los mejores. Y volvía a recordar que si el “tour” había dejado de ilusionarme era porque atravesaba una etapa que aún dudo si es un paréntesis inevitable y necesario o una definitiva e irreversible decadencia.

A pesar de que muchos de esos pensamientos siguen rondando con fuerza por mi mente dos semanas después, algunos ciclistas como Rasmussen, Contador, Mayo (en la primera semana) o Cadel Evans se empeñan cada día en distraer mi atención y en hacerme cambiar de opinión. Sobretodo Contador. Grata sorpresa. Olano, Oscar Sevilla, Mancebo, Mayo, Valverde, y ese empeño general es buscar un sucesor de Induraín, sin éxito alguno, y de repente sale de la nada este chico de 24 años, gana en Plateau de Belle y se cuela segundo en la general a falta de 6 etapas (dos de ellas de alta montaña) demostrando una regularidad inédita desde hace años en el ciclismo español, que le cuela en un podio al que nadie le había invitado. Su juventud y tener a Bruynell como maestro me hacen pensar irremediablemente en él como futuro ganador de un tour.

La explosividad de este ciclista, Rasmussen de líder sólido (quién lo diría), Vinokourov –gran fracasado de este “tour”- hace una contrarreloj estratósferica, y al dia siguiente cede más de ocho minutos… Esto es lo bonito del ciclismo. Esperemos que siga

domingo, 20 de mayo de 2007

Emoción, vencedores, espéctaculo...

David González

Real Madrid, Barcelona y Sevilla siguen empeñados en hacernos disfrutar de la emoción del fútbol como ya no recordábamos. Un Madrid incomprensiblemente ganador y demoledor, un Barcelona “renacido” (tras el sorprendente 0-6 en el Calderón), y la consistencia de un equipo que lucha contra dos gigantes, como es el Sevilla, reciente ganador de la UEFA, superviviente en aquel partidazo que se dio el pasado miércoles en Glasgow, nos demuestran el por qué el fútbol tiene “algo más”. La liga del mal fútbol llega a su recta final y nada está decidido. Disfrutemos mientras tanto.

Jorge Lorenzo sigue a lo suyo, que es ganar, y en el Gran Premio de Francia nos volvió a mostrar que la categoría en la que compite le empieza a quedar algo pequeña. Duelo intenso con Dovizioso, su máximo rival, victoria, y 25 puntos más en su suma y sigue particular que parece no tener límite.

Pero el punto álgido del fin de semana lo volvieron a dar los, en mi humilde opinión, deportistas del momento, estos dos monstruos de las pistas que son el suizo Roger Federer y nuestro Rafa Nadal, que nos brindaron, un domingo más, una final de Masters Series. Esta vez, el helvético tuvo más suerte y, ayudado por el cansancio del español, se hizo con el trofeo de Hamburgo, cortando así con la incontestable racha del manacorí de 81 partidos en tierra batida. “Si contra alguien tenía que perder, ese era él” dijo Rafa tras el encuentro. Roland Garros está cerca. Esperemos que se cumplan los pronósticos y que vuelvan a deleitarnos con una final inolvidable

Finales de conferencia que pueden resultar algo desilusionantes para un seguidor amateur del baloncesto americano como pueda ser yo, en los Play-Off de la NBA. Equipos como Miami, Chicago, Dallas o Phoenix, practicantes de un baloncesto que constituye la esencia y el signo de identidad de la NBA (sobretodo Phoenix) se han quedado a mitad de camino, mientras Utah o Cleveland, equipos menores, aún siguen dando guerra, ante la más que previsible lucha entre los insultantemente perfectos Pistons y Spurs por la consecución del anillo. Paralelo a esto, los Play-off de la ACB han hechado a rodar con una presumible igualdad que esperemos nos vuelva a aficionar al baloncesto español.

Para acabar, enhorabuena al Murcia y al Almería, y a los murcianos y los almerienses, que la temporada que viene serán visitados, de nuevo, por los más grandes del fútbol español. Se lo merecen.

Todo esto fue lo que dio de sí la semana en deportes (algo me dejaré en el tintero). Y esta semana, más y mejor, con la final de la Champions, la Liga, la ACB, el Gran Premio de Montecarlo… Para no perdérselo.

Grandes deportistas

Álvaro Ayala


Michael Jordan

El deportista elegido para esta tercera edición de Génesis es el mejor jugador de baloncesto que la madre naturaleza ha sido capaz de dar. A Michael Jordan le debo mi afición a este deporte, particularmente NBA. De él se llegó a decir tras un partido de Play-Off ante los Boston Celtics más grandes de la historia en boca de Larry Bird “He visto a Dios disfrazado de Michael Jordan” Si nos detenemos unos segundos a reflexionar esta afirmación desde uno de los grandes del baloncesto norteamericano caemos en la cuenta de la grandeza de este jugador.

Impresionante. Los números que ha dejado en la NBA son escalofriantes. Pero prefiero no hablar de números, sino de su leyenda y su calidad personal. Lo que Jordan fue capaz de conseguir en los Chicago Bulls realmente es increíble. Poseía una característica muy especial: su talento era tan inmenso que contagiaba a sus compañeros. Prueba de ello son los 6 anillos que dio a la franquicia prácticamente desde la nada. Establecieron el dificilísimo récord de victorias en temporada regular (¡72-10!). Los más grandes jugadores de su generación sucumbieron ante su muñeca prodigiosa.

¿Su especialidad? Realmente todas. Anotador (tanto de campo como exteriores), asistente, matador (ganador del Slam Dunk dos veces, 87-88), reboteador... pero yo me quedo con su determinación y confianza en el tiro: Jordan pasará a la historia, entre otras cosas, por su facilidad para anotar sobre la bocina (ya sea en un partido de temporada regular como el séptimo de la final). No se amilanaba. Sus compañeros no dudaban en darle el balón cuando las cosas se les ponían difíciles y Michael no solía defraudar.

Con 40 años se retiró, aunque ya lo había hecho dos veces anteriormente con su correspondiente vuelta, con un promedio anotador de 20 puntos, 6’1 rebotes y 3’8 asistencias... Sobran las palabras.

El considerado como “Mejor atleta del S. XX” por el ESPN me sabe a muy poco. “Dios” se merece mucho más.

jueves, 3 de mayo de 2007

Grandes deportistas (2)

David González

Zinedine Zidane


El estadio entero se callaba en el momento en que recibía el balón, cuando lo controlaba, cuando se adueñaba de él, cuando poco a poco se pegaba a su bota sin querer alejarse. Sólo verle pisar el césped ya valía el precio de una entrada. Pregúntenle a quién quieran, a quien sea. Ninguno les contestará que no le gustaba Zidane. Aquel francés que transmitía los valores artísticos y plásticos de un deporte donde ya solo importa el dinero, la fuerza, las defensas y los árbitros, donde el fin (ganar) sí justifica a los medios (jugar de manera decente). Aquel francés que el pasado 9 de julio nos dejó sin fútbol.

Cuando se divertía, sus compañeros eran mejores. Cuando se divertía la gente disfrutaba. Cuando se divertía, cuando se encontraba a gusto, su equipo ganaba. Era increíble ver como combinaba su “peculiar” manera de jugar al fútbol, tan bien, mientras hacía que su equipo funcionase. Prueba de ello, un mundial (y un subcampeonato), una Eurocopa, tres ligas, una Copa de Europa, un Balón de Oro, dos FIFA World Player… Puede ser que la elegancia que en su día desplegaron gente como él (o Laudrup) no volvamos a ver. Un binomio talento-resultados inseparable, que hacía de él uno de los jugadores más especiales que he podido ver. El fútbol ha cambiado de armas, de estilo. Ahora está reciente, y puede ser que aún algo difuso, pero esperemos no caer en la monotonía futbolística que se prevé, esa monotonía que gente como Messi, Kaká o Cristiano Ronaldo tratan de tapar cada fin de semana haciendo simplemente “algo distinto”. Y Zidane era el mayor exponente de esa especie en extinción.

Seguramente en un futuro lo recordemos por ser el abanderado de aquella polémica, pero inolvidable, hornada de galácticos que permitió poder disfrutar sentado viendo un partido a principios de siglo, por ser el jugador que con dos cabezazos hizo ganar su primer mundial a Francia (posteriormente otro cabezazo posiblemente hizo le perder el segundo). Aquel hombre con esa coronilla de monje que tuvo el descaro de meter el mejor gol de todas las finales que se recuerdan en cualquier evento futbolístico, que ha conseguido que el mundo entero eche de menos su juego. Ese jugador que veía magia donde otro sólo ven fútbol.

Playoffs (I)

Luis Fernández

Entramos en postemporada y una vez más las apuestas para intentar adivinar el campeón hacen perder a más de uno una buena cantidad de dólares. De todo un poco en el primer plato de estas rondas eliminatorias por el título que designa como campeón del mundo al vencedor de la NBA.

Conferencia Este

Por el este, dos de los partidos mas desequilibrados y dos barridos (sweep) de Detroit y Cleveland a los Magic y los Wizards respectivamente. Aquí, cada uno a lo suyo, en los Cavs balones a LeBron James apoyado por un gran Hughes que ha sabido dar la talla como segundo anotador también en playoffs. Los Wizards sufrieron las bajas de sus dos All-Star, Antawn Jamison hizo lo que pudo pero no fue suficiente, habría sido muy interesante este enfrentamiento con todos los jugadores al 100%, sobre todo por el duelo entre LeBron y Arenas, pero…otra vez será. Por su parte los Pistons no dieron opción a unos Magic muy inferiores como equipo pero que deberían haber plantado más cara por lo que mostraron en la liga regular.

Los otros dos enfrentamientos eran a priori los más igualados. Una de cal y otra de arena. Los Bulls arrollaron sorprendentemente a unos Heat mermados por la reciente lesión de Wade, sin excusas. No se recuerda un campeón de NBA que cayera en primera ronda por un 4-0. Contundentes los de Illinois que con Luol Deng a la cabeza dieron un grato espectáculo de baloncesto eléctrico y efectivo para destronaron a unos desconocidos Heat. El otro partido que enfrentaba a los New Jersey Nets y los Toronto Raptors de Calderón. Y más de Calderón que nunca, el extremeño saliendo desde el banquillo iba cuajando noche tras noche actuaciones impropias de lo que se le presupone a un base con su rol, pero el último partido fue el acabose. En el primer cuarto se lesiona T.J. Ford y empieza el recital, 25 puntos y 8 asistencias en 38 minutos de juego. Imperial, jugándose los tiros decisivos, y seguramente habría tirado la última canasta si una torcedura de tobillo no se lo hubiera impedido, nada grave esperemos. Los Nets lideran la eliminatoria por 3-2 pero con un partido más en Toronto, donde Vince Carter baja números de manera desproporcionada en una estrella de su calibre. Jason Kidd los mantiene vivos.

Conferencia Oeste

Sin duda los enfrentamientos más duros. Los favoritísimos Mavericks sudarán sangre sudor y lágrimas para no caer ante unos Warriors que ya les ganaron los tres partidos de temporada regular. Lidera Golden State por 3-2 y esta noche (3 mayo) juegan en casa, Nowitzki y los suyos en la cuerda floja ante el juego hiperveloz de los saltarines de Oakland. Utah Jazz vs Houston Rockets.Otro partido igualadísimo de buenos equipos pero que, en principio, no entran en las quinielas para el título, buenas actuaciones de T-Mac y Yao que les mantienen en la cabeza de la eliminatoria por 3-2.

Los Spurs que con Duncan cual ave fénix eliminaron sin problemas a unos Nuggets que no logran acoplarse del todo para equilibrar a esos dos super-egos que son Iverson y Anthony. La última eliminatoria era de la que yo personalmente esperaba más en cuanto a espectáculo y quizás alguna sorpresa, pero todo ha quedado en un contundente 4-1 a favor de los Suns que afianzan su candidatura al título ya sin los Heat y con los problemas de Dallas. Kobe estuvo a su nivel, pero no siempre puede anotar los 50 puntos que este equipo habría necesitado para eliminar a Phoenix.

A expensas de lo que pueda pasar en los tres partidos que restan de primera ronda, se puede percibir que estos playoffs que parecían irrevocablemente destinados a ser pasto de los grandes favoritos, deparan muchas sorpresas con baloncesto espectacular y que, sobre todo, dejarán para la historia la primera victoria de un jugador español en postemporada.

…72

David González

No han sido pocas las cosas que han dado que hablar en el mundo del deporte a lo largo de esta última quicena: Por supuesto el gol de Messi, tan increíble como repetitivo; la liga más entretenida de la última década (y la de un fútbol más pobre), con un Madrid resurgiendo de unas cenizas de las que muchos dudaban (y yo me incluyo); la sorprendente final de Champions Liverpool-Milán, reedición del 2005. O, no sé, ver a Calderón ganando partidos en play-off, el nivel alcanzado por los motociclistas españoles, que nos sitúa en primerísimo línea mundial (encabezada por los “pequeños” Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa), e incluso el infortunio de inicios de la prestigiosa prueba Louis Vuitton de vela en Valencia, por culpa de la ausencia de viento, que parece no interesar a nadie, pese a llegar a oídos de todos.

Pero un manacorí sobresale por encima del resto. Un tenista que cuenta sus partidos por victorias en tierra batida más de dos años. Y lleva ya 72 seguidos… Creo que merece una mención especial.

Rafa Nadal es la persona de moda. Joven, rico, buena imagen comercial, simpatía, saber estar, garra, estilo… Este país es adicto a este tipo de deportistas.

Porque estamos en España, como decía, un país guiado muchas veces por el fanatismo sin fundamentos, o el fanatismo en forma de sustituto del conocimiento. Si no, pregunten. Me gustaría saber de cien personas, cuántas conocen algún compañero de equipo de Pau Gasol, por poner un fácil ejemplo. Generalizando, a España no le gusta la fórmula 1, a España le gusta Alonso; a España no le gusta el tenis, le gusta Rafa Nadal... Porque si, porque tanto él, como Pau, como Pedrosa, como tantos otros (o quizá no tantos), “tienen algo”, además de, por supuesto, lo buenos que son. Tienen esa chispa que los une a nosotros, los hace más cercanos, y lo compensamos cada fin de semana con derroches de fidelidad, de tiempo, de paciencia, incluso a veces de dinero. Sólo piénsenlo. España hace más fuerte el brazo izquierdo de Nadal.

Y no estoy restando mérito a nadie, ni mucho menos. Al revés, creo que esto es lo bonito del deporte, creo que todas las partes salimos ganando. Y no nos volvemos locos con cualquiera. Rafa es único, quizás no el mejor, pero es único. Es la exaltación de la pasión y la garra basadas es un deporte de fuerza, de mentalidad y de resistencia. Sentémonos, y disfrutemos cada mes, de la rivalidad más bonita que actualmente se vive en deporte. Veamos un Nadal-Federer, el duelo de los duelos a día de hoy en el deporte individual.

jueves, 19 de abril de 2007

FINAL A CUATRO (se habla español)

Álvaro Ayala y David González

Caería en un tópico si dijera que el fútbol no es lo único. Romper lanzas a favor de otros deportes, más, o menos, pero siempre minoritarios en relación a eso que llaman balompié, es un clásico.

Pues bien, os informo de que a continuación caeré, una vez más, en un clásico. La fórmula uno, con el fenómeno Alonso respaldado de forma admirable por Telecinco (que se pueden considerar también unos bicampeones más), es el único deporte que se le acerca, junto a otros acontecimientos de carácter más puntual, ya se llame Roland Garros, o mundiales de motos, o de baloncesto. Pero nada más. En cuanto a la fórmula uno, supongo que su éxito se diluirá en cuanto el asturiano concluya su andadura por los circuitos de medio mundo.

Lo triste es que tras estos dos, el escalón mediático hasta llegar a los otros deportes es demasiado amplio. Ojalá el éxito internacional del que presumen españoles, de manera individual o colectiva, por medio mundo, sirva para estrechar esa profunda brecha a la que os vemos sometidos aquellos que odiamos/aceptamos/compartimos este monopolio actual.

Bueno, viendo que me excedí introduciendo, comentaré que Génesis hará un pequeño hueco a los deportes de ese segundo escalón.

Se avecina una de las Final Fours de baloncesto más igualadas de los últimos años. Al igual que sucedió el pasado año, dos conjuntos españoles se han metido en la disputa por el laurel griego de campeón, pero no debemos lanzar las campanas al vuelo, ya que los rivales a los que se tendrán que enfrentar son dos de los equipos históricamente ganadores. Además añadimos que uno de ellos parte con la condición de local, lo que le podría dar el cartel de favorito. Este equipo es el Panathinaikos griego, rival en la semifinal de un Tau Cerámica que afronta la tercera fase final de su historia. El conjunto vitoriano llegará a Atenas muy fuerte, pues la campaña liguera de los chicos que entrena Maljkovic está siendo muy regular y con todas las opciones de llevarse el título, aunque estos últimos partidos no están demasiado finos.

Por otro lado, el Unicaja de Málaga debuta en la fase final de la competición con toda la ilusión que un equipo es capaz de contener. Ha llegado tras eliminar en cuartos de final a todo un Winterthur Barcelona, que aun no estando en su mejor nivel, fue capaz de arrebatarle al Real Madrid el título de Copa. Su rival en semis es nada más y nada menos que el vigente campeón. El CSKA de Moscú. Sin embargo, los chicos de Sergio Scariolo no se acongojarán, pues no tienen nada que perder. Y, en ocasiones, ese factor es importantísimo.

En resumen, hay más vida, competición y diversión más allá del fútbol. Y esta Final Tour es un muy buen ejemplo de ello. Nos veremos en Atenas...

M-V-P!

Luis Fernández

Como siempre, a estas alturas en la NBA con prácticamente todo decidido en la temporada regular y con todas las vistas puestas en el primer cruce de playoffs, es cuando la carrera por el premio a jugador más valioso del año se endurece más que en ningún otro momento.


El trofeo Maurice Podoloff, designa a un jugador de la liga americana de baloncesto como MVP (Most Valuable Player / jugador más valioso), este premio no siempre recae en el mejor jugador, ni en el más anotador, ni en el más completo, sino que, tradicionalmente suele recibirlo aquel jugador que, durante toda la temporada (y especialmente al final) ha conseguido dejar una sensación de superioridad en su juego, de que ha aportado más y mejor a ojos de los periodistas de los medios más prestigiosos de Norteamérica, que son los encargados de decidir el ganador con sus votos.

Este año encabezan la pelea por MVP principalmente tres jugadores, Kobe Bryant el jugador de los Lakers que, como siempre, aspira al premio por méritos propios y dos líderes que han llevado a sus respectivos equipos a ser los dos mejores en la temporada, Dirk Nowitzki y Steve Nash, dos jugadores no americanos que marcan diferencias y son símbolo de la apertura de fronteras en las grandes ligas estadounidenses.

Kobe Bryant (Los Angeles Lakers)

Inevitable la comparación con Michael Jordan, pero incomparable como jugador. Sus números hablan por si solos: máximo anotador de la NBA hasta el momento y único jugador de la liga con más de 30 puntos por partido (31.5) además es el único jugador desde el legendario Wilt Chamberlain que ha logrado en una temporada diez partidos con 50 puntos o más, 4 de ellos consecutivos. Incontestable. Además de eso, el escolta es uno de los jugadores más espectaculares (ganador del concurso de mates en 1997) en y con mayor abanico de recursos del mundo, puede tirar de lejos, penetrar, asistir y defender todo esto con más del 45% de acierto. El premio le ha sido negado durante años probablemente por los problemas con los periodistas y su polémica vida privada, pero este año su candidatura vuelve a ser un clamor, los aficionados le coreaban en el All- Star de Las Vegas: M-V-P!

Steve Nash (Phoenix Suns)

El canadiense no ha dejado de superarse desde que llegó a la franquicia de Arizona, convirtió a su equipo en uno de los candidatos al título que, año tras año, a pesar de ser el que mas vistosamente juega en la NBA, se queda a las puertas de las finales. A pesar de ser el máximo asistente de la liga (11.6) y el segundo en porcentaje de triples (44.5%) no son sus números los que le hacen merecedor del MVP, sino su juego. Cada partido suyo es una lección magistral de dirección de juego, de baloncesto inteligente, efectivo y elegante a la vez. Es, ante todo, el abanderado del viejo tópico de “hace mejores a sus compañeros” que le ha servido para ser el jugador más valioso estas dos últimas temporadas.

Dirk Nowitzki (Dallas Mavericks)

No es el mejor anotador, ni el reboteador más duro, ni el más imponente bajo los aros, tampoco es el mejor tirador, pero hace de todo y siempre bien. “Robin Hood” como le apoda un clásico es uno de esos jugadores al que no sabes como defender, un auténtico quebradero de cabeza para los técnicos. Si lo emparejan con un jugador alto, Dirk saldrá al perímetro para hacer gala de su tiro de tres que le hizo campeón del concurso la temporada pasada. Si lo emparejan con un jugador más ágil el sacara provecho de su portentoso físico (213cm-111.1Kg) para anotar en la pintura. El alemán podría ser el primer europeo en ganar el galardón a mejor jugador de la NBA.


Los tapados

Además de estos tres candidatos hay una pequeña lista de jugadores que seguramente recibirán algún que otro voto, jugadores que, estando a gran nivel durante todo el año, ya sea por el mal balance de su equipo o porque no tienen apoyo mediático, no entran en las previsiones principales para el ganador.

LeBron James, el joven jugador que ha logrado meter un equipo del montón como los Cavaliers en playoffs durante dos años seguidos a base de un juego completísimo .

Tracy McGrady que, superados sus problemas de espalda, esta terminando la temporada de manera espectacular. Probablemente si hubiera tenido la oportunidad de jugar así todo el año estaría mucho más arriba en la carrera hacia el MVP.

Tim Duncan. Lo querían enterrar, pero esta muy vivo y tan fuerte como siempre. El ala-pivot más importante de los últimos 10 años en la NBA vuelve a sus números habituales comandando a los siempre candidatos Spurs al hacia el título.

Mi candidato, como siempre, Kobe. Lo ganará Nowizki.

Grandes deportistas (1)

David González

Lance Armstrong

Hoy comienza Génesis. Y no podía ser otro el que inaugurase esta sección. Lance Armstrong es de esos deportistas que no se ven todos los días. Quizás me deje llevar por un exceso de subjetividad en todo el artículo. Pero a los que les guste el ciclismo, y el deporte en general, dentro de pocos años se darán cuenta de lo privilegiados que han sido de haber podido ver al tejano subiendo las duras rampas de los Pirineos o los Alpes, o coleccionando doblados en cada contrarreloj, con esa cadencia alegre de pedaleo tan típica en él. Se dice que con rivales como Hinault, Indurain o Eddie Merx quizás no hubiese ganado tanto. Habladurías. Armstrong, siempre con un gran equipo tras de sí (todo sea dicho), ha sido el mejor, pese a sufrir como el que más. Y no estuvo exento de buenos rivales, ni mucho menos. Privó a superclases como Pantani, Ullrich o Alex Zülle de poder ser aún más grandes.
Si a ello sumamos que en octubre de 1996 se le detectó un cáncer testicular con metástasis pulmonares y cerebrales que estuvo a punto de cortar su carrera deportiva y, lo más importante, su vida, quizás el mérito sea aún mayor. Tras dos años de quimioterapia, reapareció en el prólogo de la París-Niza. Pero su desastrosa actuación esa tarde le hizo pensar que lo mejor sería dejarlo para siempre. A partir de ahí creció y creció, y los números hablan por sí solos. Resulta cuanto menos algo paradójico saber que antes de su enfermedad no fue ni una pequeña parte del ciclista que empezamos a “redescubrir” en 1998.
No pretendo dar datos, hablar de su amplio palmarés, de toda su carrera deportiva (siete tours de Francia lo encabezan). No pretendo contaros su tambaleante vida. Lo único que quiero es que quien lea esto se haga una pequeña idea del mérito que ha tenido el americano cuando montaba en su bicicleta. Guiado por el coraje, o dotado de unas condiciones sobrehumanas para este deporte de desmesurada dureza, aún recuerdo aquellas siestas estivales que nunca hice por su culpa. Me entristece pensar que el “polémico” ciclismo ha perdido status y mucha credibilidad con su retirada. Armstrong disipaba dudas, distraía la atención, callaba muchas bocas cada julio. Y reconozco que no me cae especialmente bien, pero sé que rayaba la perfección en uno de los deportes más duros que existe. Como también sé que pasarán muchos años hasta ver a alguien que se le parezca.
Por algo es considerado el mejor deportista del siglo pasado. Y se retiró a lo grande, en los Campos Elíseos, en lo más alto del podio. Se retiró de amarillo.